Viernes 02 Abril, 2021
Orizaba, Ver.- Con la finalidad de que los fieles católicos no olviden que la vida tiene sentido, y que, a pesar del dolor, el sufrimiento y la muerte, Dios está entre nosotros, así lo señaló el Obispo de la Diócesis de Orizaba, Monseñor Eduardo Cervantes Merino, esto en el marco del viacrucis en que se conmemora la muerte de Jesucristo.
“Hoy recorrimos simbólicamente los rincones de nuestra Diócesis de Orizaba, los rincones del mundo. Hemos querido llevar la presencia del Señor en la oración este Viernes Santo en el que conmemoramos la muerte de nuestro Salvador”, dijo.
Afirmó que como Iglesia han querido llevar la presencia para recordar que el inocente, el Hijo de Dios hecho hombre, el siervo de Dios, siendo Dios se humilló y tomó la condición humana y está entre los presentes.
“Hemos querido recorrer la ciudad para que no olvides que la vida tiene sentido, que, a pesar del dolor, el sufrimiento y la muerte Dios está entre nosotros y que el nombre de Emmanuel, con que se anunció su nacimiento es una realidad hasta que venga por segunda vez: Dios con nosotros”.
Cervantes Merino señaló que la muerte de Jesús les ha hecho meditar, especialmente en este día, que el Señor Jesús camina en medio de todos en el dolor y el sufrimiento; no solo por la crisis sanitaria que ha sido muy particular en este año, y en la que miles de mexicanos resultaron lastimados, como en la Diócesis de Orizaba y todo el mundo, sino también otros dolores que les acompañan, otras crisis de dolor y sufrimiento.
“Otras situaciones de injusticia, de falta de respuesta, otras situaciones en las que nos ha faltado ser responsables y sujetos para que las cosas puedan cambiar, no solamente la crisis que provoca un microorganismo sino la crisis que provoca otra situación que llevamos de egoísmo, de replegar sobre nosotros mismos y que también provoca dolor y sufrimiento”.
Una vez que culminó el viacrucis por las principales calles de la Pluviosilla, el Obispo de la Diócesis, afirmó que hoy todos quieren contemplar a Jesús con los brazos abiertos, muerto en la cruz para abrazar al pueblo en su dolor, para abrazar al pueblo en su sufrimiento, para abrazar el camino de la cruz, para no olvidar que los cristianos, y eso es lo que quieren compartir con quienes no viven su misma fe o el mismo estilo, y a pesar de quienes son indiferentes: Jesús camina en la vida con todos.
“Jesús, con los brazos abiertos para abrazar a los enfermos, a los vulnerables, a los maltratados, a los desamparados, a los que sufren a causa de la violencia en las sombras que empañan la alegría. Hoy Jesús abraza, a través de sus discípulos que somos los que creemos en Él. Nosotros somos los brazos, las manos, la boca de Jesús para dar alegría y esperanza, porque no todo acaba en la cruz, el gran mensaje de la salvación es que el Señor con su Resurrección nos abre las puertas de la esperanza, que vemos ya en los médicos, enfermeros, en los que ofrecen diferentes servicios, en los agentes de pastoral, en las personas que han tendido la mano y dan alimento a quienes son más lastimados en esta crisis”.