La crisis de violencia que sufre México ha golpeado en los últimos meses también en los principales destinos vacacionales del país
Un hombre ha sido asesinado a balazos este viernes, a plena luz del día en un restaurante de playa Caleta, uno de los principales puntos turísticos de Acapulco, en el Estado de Guerrero. Pese a que en un primer momento varios medios han difundido que el fallecido se trataba de un turista, diarios locales plantean que en realidad el muerto era un camarero que trabajaba en uno de los locales de la zona. Sobre la una y media de la tarde, varios agresores fuertemente armados se han aproximado a la víctima y han abierto fuego hasta seis veces contra ella, según El Sol de Acapulco. El hombre ha caído muerto en el acto sobre la arena.
Entre el caos y los gritos de decenas de turistas y trabajadores que se encontraban en la zona, los atacantes han logrado huir antes de que aparecieran los agentes estatales. Por el momento, ni la policía ni la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero se ha pronunciado sobre el asesinato. A la escena del crimen han llegado también, después de las dos de la tarde, representantes del Ejército, la Guardia Nacional y la FGE, que han acordonado la zona, a la que minutos después también ha acudido personal del Servicio Médico Forense para realizar el peritaje. No se conoce el motivo del crimen, la identidad de la víctima ni la de los asesinos.
Los balazos que han roto la calma en uno de los paraísos turísticos por excelencia del país llegan después de que el pasado 29 de noviembre un grupo de hombres armados abriera fuego desde una lancha contra la playa Majahua, también en Acapulco, una balacera que dejó al menos un muerto y un herido. Los agresores huyeron a bordo de la embarcación, y a día de hoy no han sido identificados.
La plaga de violencia que sufre México, donde se registran casi 100 asesinatos diarios y un 95% de los casos no se resuelven —según la organización México Evalúa—, en los últimos tiempos ha manchado también de sangre el lujo y el glamour de los principales destinos vacacionales del país. Solo en la zona de playa Caleta, este 2021 se han registrado tres homicidios, de acuerdo con El Sol de Acapulco. El último, el de un trabajador turístico que fue también muerto a balazos el pasado 18 de noviembre. Otros tres conductores de autobús han sido asesinados en la ciudad en lo que va de año.
El Baby´O, la discoteca más antigua y emblemática del puerto de Acapulco, ardió a finales de este octubre, después de que tres hombres armados irrumpieran en el local, rociaran gasolina y prendieran un mechero. La alcaldesa de la ciudad, Abelina López Rodríguez, cargó entonces contra la prensa, a los que acusó de crear una alarma innecesaria sobre el aumento en la inseguridad. “Díganme, ¿dónde está la alarma de la violencia? La alarma la ponen los medios”, declaró tras el incendio.
Sin embargo, este diciembre, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal desplegó un gran operativo con más de 600 agentes, con el fin de garantizar la calma de turistas y locales, en una ciudad donde un 72,4% de la población se siente insegura, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del último septiembre.
Aunque Acapulco no es el único paraíso turístico en el que han aterrizado las balaceras. La violencia ha desembarcado también en las costas de la Rivera Maya, una de las joyas del caribe mexicano, en cuyo Estado, Quintana Roo, el turismo supone un 87% del PIB. Un comando de 15 hombres armados irrumpió el pasado 4 de noviembre en un hotel de Puerto Morelos, dejando un saldo de dos personas muertas, en lo que después se supo que fue un enfrentamiento entre dos carteles rivales.
Apenas dos semanas antes, en un bar de una zona de moda de Tulum, las balas perdidas de otra lucha de poder entre grupos narcotraficantes mataron a dos mujeres procedentes de Alemania e India. Eran solo los últimos casos de una larga lista de homicidios y balaceras.