Orizaba, Ver.- Tras el fallecimiento del Arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, su lugar estará vacante por algún tiempo y será el propio Papa quien decida quién será su sucesor; en tanto eso ocurre, los fieles católicos deben de hacer oración para que la persona que ocupe su lugar cuente con las características que requiere la comunidad, informó el Obispo de la Diócesis de Orizaba Monseñor Eduardo Cervantes Merino.
Subrayó que el sucesor de Arzobispo fallecido, Hipólito Reyes, deberá darle continuidad, el impulso de lo que se venía haciendo y desde luego, atendiendo a las necesidades propias de una arquidiócesis, pero siempre partiendo desde la oración.
“Sin que sea el perfil ni mucho menos, las características son esas que se han sembrado en la arquidiócesis de Xalapa por sus arzobispos anteriores, especialmente por los dos últimos: esa cercanía, esa capacidad de diálogo, de evangelizar”.
Por su parte, el coordinador de la dimensión de Catequesis en la Diócesis de Orizaba, Javier Yael Cebada Tejeda explicó parte de este procedimiento que a diferencia de los cargos que se ocupan a la muerte de un funcionario se reemplaza por otra persona, en un corto tiempo.
En la iglesia se actúa con mucho discernimiento, sigilo y prudencia ya que se llevan dos procesos: uno para elegir el que será el Administrador Apostólico o Administrador Diocesano según sea el caso y más adelante al que será el nuevo Arzobispo.
Uno de los papeles que desempeñan el Nuncio Apostólico en cada país ante la muerte o traslado por remoción de un Obispo es presentarlo al Papa Francisco y es él quién directamente va a nombra al sucesor que continuará en el servicio.
“No hay un tiempo establecido, como puede ser corto, mediano o largo tiempo; hay varias maneras de elegir la responsabilidad de la Diócesis sobre quién recae: si es un Obispo será Administrador Apostólico, si es un sacerdote será un Administrador Diocesano y lo nombra el Consejo de Consultores”.
El Consejo de Consultores ordinariamente está integrado por el Vicario General, el Secretario Canciller, el Ecónomo Diocesano, el Rector del Seminario, el Presidente del Consejo Presbiteral, el Coordinador Diocesano de Laicos y quien al juicio del Obispo, en ese entonces el Arzobispo Hipólito Reyes haya dejado en el Consejo antes citado.
“De modo que se reúne el Consejo de Consultores, si así lo determina el Papa, y en la persona del Nuncio le hace saber a la Diócesis, ahora se queda en esta atención, en esta espera el Vicario General de Xalapa, el presbítero Salvador Morales Casas”.
Es asi como la Diócesis entra en espera de quién el Papa designe que incluso puede ser un Obispo de la Provincia o de fuera, como es el caso de la Diócesis de San Andrés Tuxtla en donde el Administrador Apostólico es Monseñor Fidencio López Plaza que es actualmente Obispo de Querétaro e incluso cuando Monseñor Hipólito Reyes vivía y quedó vacante Veracruz y él era el administrador apostólico en Veracruz.
“Digamos que en este aspecto la iglesia procede con prudencia y con sigilo son las palabras adecuadas ante los pasos que da la iglesia: prudencia, sigilo y discernimiento”.
En tanto al papel de los fieles en esta espera del nombramiento, Cebada Tejeda explicó que el Pueblo de Dios entra en oración.
“El pueblo de Dios entre en oración para pedir al espíritu santo que asigne a un responsable, primero es un responsable y el mismo pueblo de Dios ora, para solicitar en la voluntad de Dios al siguiente arzobispo; son dos pasos, son dos etapas al que nombran en modo inmediato y la palabra ya es atrevida, pero es un período menor al que se va a hacer responsable en modo inmediato con las figuras del Consejo de Consultores en espera del nombramiento del nuevo Arzobispo”.
Por último, instó a los ciudadanos a no hacer caso de noticias que solamente son sensacionalistas, que dicho sea de paso pretenden atraer lectores y pueden ganarlos, pero en quién echan más la reflexión a fondo hacen que pierdan crédito o se deja de creer en la seriedad de lo que significa un medio sea electrónico, impreso o televisivo, luego de que se afirmaba que ya había un sucesor.
“Cuando alguien se atreve a hacer esto de modo sensacionalista pierde crédito, asimismo porque la iglesia no procede así, porque la iglesia no es sindicato”.
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