Los futuros del maíz, la soya y el trigo cayeron el martes a mínimos de varios meses, junto a una fuerte baja del petróleo y de los mercados de acciones, por el temor a una recesión económica mundial y a una menor demanda por productos básicos, según analistas.
Las lluvias caídas en algunas zonas del Medio Oeste de Estados Unidos durante el fin de semana del Día de la Independencia contribuyeron a la presión bajista sobre los cereales, aunque las condiciones de sequedad siguieron siendo una preocupación en algunas zonas.
Los futuros de maíz de referencia de la Bolsa de Chicago para diciembre perdían 29.5 centavos a 5.78 dólares por bushel, tras caer a 5.71 dólares, el punto más bajo para el contrato desde febrero.
La soya para noviembre bajó 76.25 centavos a 13.19 dólares el bushel y el trigo para septiembre perdía 40 centavos a 8.06 dólares el bushel.
“El dólar está sirviendo de nuevo como activo de refugio ante el creciente temor económico en el mundo, creando mayores retos para el sector de las materias primas”, dijo Arlan Suderman, economista jefe de materias primas de StoneX. “El mercado está negociando un supuesto de deterioro de la demanda”, añadió.
Las lluvias del fin de semana favorecieron a las llanuras del norte de Estados Unidos y al noroeste del Cinturón del Maíz, y se esperan más en el este del Medio Oeste esta semana, lo que ayudará a reforzar las perspectivas de producción de los cultivos.
Los analistas esperan que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos reduzca sus calificaciones sobre el estado de los cultivos, tanto de maíz como de soya, en un informe semanal que se publicará el martes, reflejando la sequedad y el estrés de los cultivos en algunas zonas.
“Recibimos algo de ayuda en muchas zonas”, dijo Don Roose, presidente de U.S. Commodities, refiriéndose a las lluvias del lunes. “Estamos marchando hacia una cosecha, pero todavía no la tenemos en el cajón”, destacó.
En Canadá, los agricultores sembraron 25.4 millones de acres (10.3 millones de hectáreas) de trigo este año, la mayor cantidad en nueve temporadas, los cuellos de botella en los suministros hicieron subir los precios de los cereales y los alimentos, según un informe de Statistics Canada.
Los agricultores canadienses plantaron 21.4 millones de acres de colza, más de lo que pretendían en primavera, cuando StatsCan preveía 20.9 millones de acres de la semilla oleaginosa, pero 5% menos que el año pasado.
Ucrania y su importancia
El trigo, un cereal de climas templados, se convirtió en pocos meses en un arma diplomática en el contexto de la invasión rusa contra Ucrania y en factor de una crisis mayor que amenaza la seguridad alimentaria de millones de personas.
En el mundo hay más de 200 millones de personas que padecen hambre de forma aguda, según la ONU, que teme que haya nuevamente “huracanes de hambruna” por el efecto del alza de los precios alimentarios, que están en escalada desde el inicio del conflicto.
El trigo, ya sea bajo sémola, de harina o de pan es algo que “todo el mundo come, pero que no todo el mundo puede producir”, resume el economista Bruno Parmentier, autor de la obra “Alimentar a la humanidad”.
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