Córdoba, Ver.- Aún con la grave crisis de dengue que se ha presentado en los últimos meses en la región de Córdoba, el sector de vectores cuenta con una pésima coordinación en las actividades relacionadas para el combate del mosco transmisor de esta enfermedad, ya que se utilizan productos caducos, se realizan malas prácticas y algunos mandos utilizan el material que les dota la Secretaría de Salud para sacar provecho personal con la venta de estos insumos.
Así lo dieron a conocer fuentes de la misma Jurisdicción Sanitaria que aseguran que el coordinador del programa de vectores, Juan Hernández Cedillo, diseña, autoriza y firma documentos oficiales sobre las actividades a realizar en el combate al dengue, esto sin que tenga los conocimientos necesarios para ello, ya que solo cuenta con estudios de preparatoria trunca y no permite apoyo alguno de un verdadero entomólogo para la planificación de actividades.
Además acusan que el Jefe del programa también protege a subordinados que en horario de trabajo se dedican a cuestiones personales e incluso está misma semana se presentó un bochornoso caso en el que fue sorprendido uno de estos subordinados saliendo de un motel casi al mediodía, siendo este hecho del conocimiento de todos los empleados de la Jurisdicción Sanitaria número seis que en redes sociales comunicaron este hecho pero que fue borrado ante la evidente afectación contra la pareja de uno de estos irresponsables encargados de área.
Aseguran que Pedro Hernández Rosas Jefe de Sector y Gabriel Aponte Salmerón,
también venden al mejor postor los insumos que la SSA les suministra como la gasolina y el abate, todo ello con el conocimiento y aprobación del ya citado encargado del programa, Juan Hernández Cedillo.
Cabe mencionar que dichas anomalias, se realizan sin consideración alguna de los aumentos alarmentes de casos de dengue en la región, e incluso señalan que algunos productos que se aplican están caducos, ya que explicaron que con la intención de obtener ganancias mayores, acumulan producto a escondidas de las supervisiones de la SSA, pues cuando llegan a hacer las revisiones argumentan no tener producto y cuando no los vigilan, lo sacan nuevamente pero solo para que ellos mismos lo vendan mientras aplican el material más rezagado que muchas de las veces ya no sirve.