Padre Marcos Palacios celebra 24 años de vida sacerdotal

por La Tia Justa

 
Nogales, Ver.- Aunque desde pequeño ya traía mi misión, fue hasta la preparatoria que atendí el llamado de Dios al servicio, hoy celebro 24 años de haberme convertido en Sacerdote, así lo expreso el Presbítero Marcos Palacios Cárdenas quien cuenta con 50 años de edad.
“Este 18 de marzo cumpló 24 años, me ordené el 18 de agosto de 1986, nos ordenó Don Sergio Obeso Rivera, en ese día fuimos 18 sacerdotes los que nos ordenamos en la catedral de Xalapa”.
INFANCIA
Yo soy orgullosamente originario de Tomatlán, Veracruz y como cualquier niño desarrolle mi infancia acompañado de mis primos, mis papás y toda mi familia; desde los siete años jugaba a oficiar misa sin saber que era el destino que ya me tenía trazado Dios en su vida.
“Tendría unos 7 u 8 años cuando yo celebraba la misa, jugaba a celebrar la misa en ese tiempo yo recuerdo muy bien que cuando vendía mi abuelo unos cochinos que tenía los vendía para que los mataran quedaba el chiquero desocupado y entonces recuerdo bien que hay hacia la misa. Y bueno después de misa recuerdo que teníamos un programa de siempre en domingo donde con un palo de café con un limón era el micrófono y le pondría un hilo y la hacía de Raúl Velasco y también entre primos salía los artistas y terminábamos rompiendo una piñata los domingos”.
Estudie la secundaria en el municipio de Coscomatepec en la Técnica 39 y cuando termine de estudiar en 1982, no sabía que estudiar, por lo que me fui a estudiar la carrera de máquinas de combustión interna en el CETIS de Fortín, y en ese año teniendo 16 años de edad a finales de 1985 reprobé todas las materias y de regreso a casa les dije a mis padres que había reprobado sólo una materia y me mandaron al telebachillerato de mi comunidad, pero no me admitieron por lo que me puso ayudar en la actividad familiar, en la crianza de pollos, cochinos, así como el trabajo en el campo a través de la caña y el café.
Cuando tenía como nueve años el llamado de Dios lo mantuve en reserva y fue hasta cuándo ya estudiando en la preparatoria, me invitaron a participar en un grupo parroquial, fue hasta ese momento qué mis compañeros se interesan por ingresar a un pre Seminario, y me sentí triste porque ellos iban a ir y yo no.
“Sentí envidia, sentí tristeza y me fui a mi casa así y en el camino yo dije si esto es lo que yo quería ser, yo jugaba a ser Sacerdote; porque durante el tiempo de secundaria yo quería ser entre político, locutor, abogado todas esas cosas. Entonces curiosamente cuando hablé con mis papás, ellos emocionados acudieron a ver al sacerdote para que pudiera entrar al preseminario y él les dijo que no, que me aguantara, por lo que tuve que esperarme un año más para finalmente cumplir con ese objetivo”.
FORMACIÓN Y EXPERIENCIA SACERDOTAL
Ingresé al Seminario en la año de 1989, en el Seminario de Orizaba ubicado en la Iglesia del Carmen dónde cursé el propedéutico, además del primer año de Filosofía; mientras que, Segundo y Tercero de Filosofía lo cursé en el Seminario Arquidiocesano ubicado en el Puerto de Veracruz.
Del primero al cuarto año de Teología, lo cursé en Xalapa, y una vez que fui ordenado permanecí entre los años 1996-1997 en el Seminario Menor de Xalapa y en la Pastoral Vocacional.
“Al siguiente año, a los principios del 98 estuve como vicario parroquial en San Martín de Porres de Xalapa, y en junio del 98, Don Sergio Obeso Rivera me nombró Párroco de Tehuipango y en septiembre del 2000 fui Vicario Parroquial en San Miguel de Orizaba que ya era catedral, ya estaba Don Hipólito Reyes Larios como Obispo de Orizaba y en el 2003 llegué a la iglesia del Carmen de Orizaba donde había sido mi seminario y del 2003 hasta el 2019 fui rector en la Iglesia del Carmen y así ha estado mi camino sacerdotal”.
NUEVA ENCOMIENDA
Para mí, la experiencia más emotiva fue haber sido nombrado párroco de San Isidro Labrador en la congregación de El Encinar de Nogales, porque al mismo tiempo que ya había experimentado algunos errores y reconocerlos, Dios me dió la preparación necesaria para enfrentar un reto nuevo
“Cuando Don Eduardo Cervantes mi obispo me dice que si le puedo ayudar en la iglesia de San Isidro Labrador en El Encinar porque volteó a ver lo que Dios había hecho conmigo en El Carmen, le dije que sí, salí del Carmen feliz, pleno, salí con experiencia de haberme encontrado con Dios porque ya había experimentado mis tropiezos. Ya Dios me había señalado cuales habían sido señalados mis errores hasta ese momento en mi caminar y yo ya los había aceptado y los he tenido que seguir trabajando y eso es fundamental”.
El mirar mis logros obtenidos me hacen sentir satisfecho, deje la Casa de la Misericordia, la Casa para el Sacerdote, tiendas de artículos religiosos en crecimiento y una cafetería en funcionamiento, me siento satisfecho por la labor, pero más por haber iniciado un nuevo trabajo pastoral en otro lugar.
SUEÑOS CUMPLIDOS
Los tiempos de Dios han sido perfectos en mi vida al grado que de manera indirecta he logrado cada uno de mis sueños de infancia, como el haber sido Sacerdote en primer lugar, pero también me he desarrollado en los medios de comunicación, he sido político y he sido abogado antes las causas justas.
“Dios me ha permitido estar en el mundo de la política, me he desenvuelto, pero no es que a mí me guste o esté metido en un partido o con determinadas personas, sino que me interesa la política por el bien de las comunidades en las que he estado, entonces la relación con el mundo político, ahí está pero siendo sacerdote”.
CONSEJO A LOS SEMINARISTAS
Hoy que estoy apunto de iniciar el curso de formación de los seminaristas ilusionados que quieren ser sacerdotes, recuerdo muy bien esa misma ilusión que sentí en mis años de formación y una vez que fui nombrado sacerdote, me gusta mucho ayudar en muchas cosas pastorales.
“Recuerdo que cuando yo me ordené tenía 26 años y tenía toda una vida por delante bendito sea Dios, ahorita tengo 50 años, el 10 de abril y yo los veo tanto a los recién ordenados como los seminaristas los veo con mucha ilusión y quisiera decirles que bueno que tengan esa ilusión y que se dejen hacer moldear por Dios, porque al final de cuentas él es el quien nos va moldeando y nos va haciendo”.

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