***Antes y durante los talleres municipales que realiza el CECATI 168
Nogales, Ver.- El Instituto Municipal de las Mujeres promueve el lenguaje incluyente en las comunidades de la localidad, con el fin de reconocer, integrar la diversidad e igualdad de género. Dichas pláticas se realizan antes, durante y después de los talleres que imparten profesores del CECATI 168, esta vez, en la congregación de Cecilio Terán, también conocido como Balastrera.
Fue en el marco del Día Naranja que la titular de INMUJERES de Nogales, Veracruz, Leticia Santiago Pozos, llegó acompañando a los especialistas de los talleres de Alimentos y Bebidas, Karina Jurado; de Corte y Confección, María Ramírez Carrera; Estilismo, Nohemí Zarate Hernández y Ángel Huerta Arenas que enseña Cortes de Fantasía.
Santiago Pozos se dirigió a las 80 personas que se reunieron en la Casa del Campesino de Balastrera y expuso que el lenguaje incluyente es un elemento que reconoce a las mujeres y a los hombres tanto en lo hablado como en lo escrito, manifiesta la diversidad social e intenta equilibrar las desigualdades.
“El lenguaje incluyente, contribuye a forjar una sociedad que reconozca e integre la diversidad, la igualdad y la igualdad de género. Abarca una perspectiva de género y los Derechos Humanos, además requiere de un uso consciente del idioma. El uso sexista del lenguaje desvaloriza, da invisibilidad, excluye y subordina. Hombre no es sinónimo de mujer, ni niño, es sinónimo de niña, por eso se debe utilizar el lenguaje incluyente”, sostuvo.
Mencionó la directora del instituto algunos ejemplos de cómo se debe tener un lenguaje correcto para con las personas. “A una persona que no ve, se debe llamar correctamente: Persona con discapacidad visual, ciego o débil visual. Lo incorrecto es: Invidente, cieguito o todos sus diminutivos.
A una persona con discapacidad motriz no se le debe llamar minusválido, incapaz, inválido, impedido, cojo, lisiado o paralítico. A cualquier persona con discapacidad, tampoco se debe llamar persona con capacidades diferentes o especiales, inútil, discapacitados, inválidos, disminuidos, enfermitos, incapacitado o deficiente.
A una persona con discapacidad auditiva o sorda, no se debe llamar sordomudo, sordito, o sus diminutivos. Y a una persona con discapacidad mental, psicosocial o intelectual, no se le debe llamar loquito, loco, idiota, trastornado, anormal, retrasado mental, mongol, tonto, tarado, inútil, idiota o deficiente”.
Comentó a los asistentes a esta plática, que dentro de la expresión sexista, comúnmente se mencionan frases como: “Mejorar la calidad de vida del adulto mayor” y en el lenguaje incluyente se debe decir: “Mejorar la calidad de vida de las personas adultas mayores”.
Dentro de los criterios, el uso de expresiones genéricas, dentro de la expresión sexista se menciona: El hombre ha creado sistemas”, y en el lenguaje incluyente ser diría: “La humanidad ha creado sistemas”.
En el uso abstracto se dice. Es responsabilidad de cada jefe de departamento” y en el lenguaje incluyente se dirá: “Es responsabilidad de las jefaturas de departamento”. En el uso de artículos: la expresión sexista diría: “Los Trabajadores” y de manera incluyente sería: “Las y Los Trabajadores”.
En el uso de diagonales, la expresión sexista: “El interesado”. Y en lenguaje incluyente: El/ la interesado/a.
Paréntesis: “Estimado”; de manera incluyente: “Estimado(a). En el uso de títulos de manera sexista se diría: “El médico Teresa” e incluyente sería: “La médica Teresa”. El uso del signo arroba: “Funcionari@”, de manera incluyente: “Funcionarios y funcionarias”
Estos y otros ejemplos como el uso de tratamientos de cortesía, androcentrismo, grupos de situación de exclusión y uso de diminutivos, entre otros.