En sus últimas horas de vida Gabriel Ramos se convirtió en el héroe de los pasajeros de una unidad de transporte público, que fueron asaltados por tres hombres, mientras circulaban sobre la autopista México-Puebla.
Tenía solo 18 años pero eso no le impidió defender hasta el último momento a las mujeres, hombres y niños que viajaban en la vagoneta, aunque su valentía le costó la vida, pues uno de los delincuentes le disparó.
Hoy sus familiares y amigos piden justicia por su muerte y mayor seguridad para que se detengan los asaltos de transporte público que mantienen atemorizados a miles de usuarios en el Valle de México.
“Pedimos más seguridad en lo que es el transporte, a lo mejor hay seguridad en estos momentos porque pasa la patrulla pero se retiran y es el momento que están esperando para atracar”, dijo uno de los amigos de la familia.
Dedicado al deporte, trabajo y estudio
“Gabo” era muy querido por sus vecinos, en la colonia La Perla, en el municipio de Nezahualcóyotl, lo recuerdan como un joven alegre dedicado al deporte y sus estudios.
“Yo lo conozco desde que nació, siempre han vivido en esa casa, son gente tranquila que no se meten con nadie, Gabriel era tranquilo y un buen muchacho, estudiaba y creo que también trabajaba para ayudarle a sus papás”, aseguró Carlos Montes, vecino del joven.
Pero él no fue la única víctima, otro de los pasajeros recibió un impacto de bala en la mandíbula, aunque logró sobrevivir está en espera de recibir una cirugía para retirar la bala.
“Ningún pasajero debería morir en asaltos”
El chofer de la unidad de transporte público también se unió a la valentía de Gabriel y no detuvo la marcha de la unidad, esto obligó a los asaltantes a saltar lo que provocó la muerte de uno de ellos, lesiones en otro que permanece en un hospital en calidad de detenido y otro más logró escapar.
Pero los disparos de arma ya habían sido efectuados, dos en el cuerpo de Gabriel y uno más en el rostro de otro de los pasajeros.
“Estamos expuestos, ningún pasajero debería morir en asaltos, por 20 pesos los matan, si traes cosas de valor y si no traes peor, ya no sabes cómo van a reaccionar, son gente que no se tienta el corazón”, aseguró Carmen, usuaria de transporte público.
En la vivienda marcada con el número 368 de la calle Poniente 15 continúan los novenarios por el descanso eterno de Gabriel, con la esperanza de que las autoridades detengan al ladrón que escapó del sitio y que el cómplice que permanece en el hospital, quien iba armado y efectuó los disparos, pague por la muerte del joven estudiante.