Córdoba, Ver.- Pequeños del preescolar Antón S. Makarenko visitaron la ofrenda de Día de Muertos realizada por el grupo de la tercera edad del módulo DIF Colorines, como parte de las actividades del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia, para promover el arraigo a una de las tradiciones más significativas de nuestro país.
Ana María Zepahua Lazos, directora del DIF Municipal, encabezó esta actividad en la que participaron los 81 estudiantes de dicho preescolar, quienes con mucha atención escucharon a las abuelitas que explicaron el significado de cada elemento del altar.
Flores como símbolo de festividad; agua para mitigar la sed de las almas de los difuntos que nos visitan; el pan como ofrecimiento fraterno y que para la iglesia católica representa el Cuerpo de Cristo; el mole que representa el honor del difunto; el incienso para alejar los malos espíritus y limpia el ambiente; velas y veladoras, que son la luz, fe y esperanza.
Gloria Zarco García, directora del preescolar Antón S. Makarenko, agradeció al DIF Municipal este tipo de acciones que acercan a las niñas y los niños a sus tradiciones, “creo que es muy importante conservar nuestras tradiciones mexicanas y qué mejor que enseñarlas a nuestros niños, desde pequeños, a conocer lo que celebramos en estas fechas”.
El grupo de la tercera edad de Colorines ‘Nuevo Amanecer’, con 10 años de existencia, realizó las piezas de pan utilizadas en el altar, en el taller de panadería que en el mismo módulo cursan, a la par del desarrollo de otras actividades como cocina, manualidades y actividad física.
Ofelia, con 44 años y Simona de 95 años de edad, son la más joven y más longeva respectivamente de este grupo integrado por 18 mujeres. Ellas se reúnen durante dos horas cada martes, para bailar y platicar entre ellas, lo que las ayuda a mantenerlas sanas tanto física como emocionalmente.
Para finalizar, se realizó una convivencia en la que las abuelitas disfrutaron del mole, la calabaza en dulce, el chayote hervido, el arroz con chayote, tamales de frijol y rancheros, así como el chocolate, al levantar simbólicamente la ofrenda.