SIN FALLAS BLINDAJE ELECTORAL
Primero se creía que había hecho todo para alcanzar los méritos que le permitieran ser elegida por su partido como la candidata al Senado en las próximas elecciones del 1 de julio. Antes, habría fracasado en su intento por ser diputada federal por el distrito de Veracruz puerto.
Luego, no sólo fue “cepillada” dentro de la abultada lista de aspiraciones pues al final eran cinco mujeres que se apuntaban por la candidatura en la primera fórmula, y que pensaron incluso, ser víctimas de un acto de misoginia pura por parte de su líder estatal, Américo Zúñiga, sino que tampoco había visos de abrirle otro espacio después de ser “sacrificada”.
Pero como bien señalaban analistas los dichos que en política a nadie se debe dar por muerto, y en el caso de quien, según sus propias líneas externadas ayer durante su despedida, protagonizó “un ciclo más que productivo en su vida”, parece que este adagio le empalma bien.
Y es que la hasta ayer delegada federal de la secretaría de Desarrollo Social en Veracruz, Anilú Ingram Vallines de nueva cuenta resurge para buscar en una posición como diputada federal plurinominal, posición en la que ya se ha dicho prácticamente está amarrada.
Seguramente que quienes la conocen de cerca tienen razón al opinar que en su corta trayectoria como en el oficio en la que además de haber sido Reina del Carnaval ha sido diputada local y presidenta del Congreso, es una mujer política completa que ha aprendido mucho y se ha sabido desenvolver en los pocos espacios que su trayectoria le ha permitido.
Aprendió muy rápido. Tanto que para despedirse del cargo que por más de dos años desempeñó en la Sedesol hizo un listado de los objetivos que se consiguieron y entre ellos fue el de lograr que la dependencia entre las 32 delegaciones del país alcanzara el primer lugar en cuanto a “cumplimiento de objetivos e indicadores de la Estrategia Nacional de Inclusión (INE) y, tan solo el año pasado, la Delegación Veracruz obtuvo el cumplimiento, según los datos reportados por las Delegaciones Federales, en los 101 por ciento de los indicadores de dicha estrategia”.
Si una imagen generó Anilú Ingram fue la de haber recorrido el estado, haber trabajado arduamente en sus funciones pero que a la postre abonó al gobierno federal y por ende al PRI. Aseguran que tiene tan tatuado los colores de su partido que cuando éste fue derrotado en las elecciones para gobernador del 2016 lloró amargamente durante casi toda una noche.
Sabe que le faltó cumplir en el abatimiento de indicadores en los más de dos años al frente de la dependencia en materia de combate a la pobreza y la desigualdad en el estado, pero que hizo más de lo que tuvo para ello en medio de la dificultad que en sí enfrenta el gasto público.
Algo de lo más destacado de sus números este jueves cuando se renunció públicamente antes de ir departamento por departamento a agradecer a los más de 200 empleados que laboran en la dependencia fue sin duda el tema de que en los procesos electorales 2016 y 2017:
“Se obtuvo saldo blanco y cero incidencias; esto como resultado del blindaje electoral que la Delegación instaló en conjunto con la Procuraduría General de la República, la Secretaria de la Función Pública, y la FEPADE, agregaría con un evidente gesto de orgullo”
Pues bien, se adelantó en este espacio, que ahora lo que le toca a la funcionaria es recorrer la entidad, a fin de pedir el voto por los aspirantes de su partido, una vez que se ha deslindado por completo de la función pública al menos momentáneamente.