YUNES, DEMOCRACIA BAJO LA LUPA
El actual Gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, ha pasado a la historia como el primer político mexicano en lograr la alternancia en un Estado donde durante 86 años ininterrumpidos gobernó el PRI.
En su segundo intento por llegar a ser el Titular del Poder Ejecutivo lo consiguió. Pero para ello tuvieron que pasar muchas cosas.
Su primera vez fue en el año 2010, cuando el denostado Javier Duarte se convirtió en Gobernador. En aquél ejercicio, el hoy catalogado por éste como símbolo de la corrupción, obtuvo una votación histórica de 1 millón 350 mil votos, seguido por Yunes con 1 millón 270 mil. La diferencia fue tan mínima que se tuvo que recurrir a los máximos Tribunales Electorales para determinar al triunfador, Duarte.
Seis años después, con un escenario completamente diferente, el PRI, Duarte y el entonces candidato Héctor Yunes Landa, perdieron por primera vez unos comicios estatales. MAYL obtuvo el triunfo con un millón 50 mil sufragios seguido por una amplia coalición de partidos con apenas 920 mil votos.
Sin dejar se lado que se agregó a este escenario MORENA, con una primera intervención en elecciones estatales donde sorprendió a propios y extraños con unos 800 mil votos.
Es decir, en seis años MAYL perdió 220 mil votos. En tanto el PRI y sus aliados perdieron 420 mil electores y quien logró capitalizar mejor esas pérdidas de confianza hacia los políticos fue MORENA.
Un analista y catedrático de la Universidad Cristobal Colón sostiene que Yunes Linares ganó pero a la vez perdió. No tan sólo no logró retener la cantidad de votos que obtuvo en su primera participación para a partir de ahí crecer sino que llegó a tener menos votos que los que él mismo esperaba.
Sin embargo, logró sacarle provecho al desencanto de miles de veracruzanos que se encontraban hartos de la corrupción, decepcionados del sistema priísta o simplemente le apostaron a un cambio en la forma de gobernar que ya se venía gestando, según las mismas tendencias.
Hoy, a casi año y medio, el panorama pinta aún más complicado para el mandatario estatal. El PRI y sus aliados han perdido con amplio margen la inmensa mayoría de los municipios que gobernaban, MORENA ha logrado un crecimiento exponencial y la alianza PAN-PRD, si bien ha logrado la mayoría en el Congreso Local y en las alcaldías, ejecutó un acto socialmente atrevido y reprobado por una amplia mayoría de los gobernados: impusieron al hijo del Gobernador como candidato a sucederlo de forma inmediata.
Hoy el enojo general de la población es hacia los que el mismo Andrés Manuel y otros actores han llamado monarcas veracruzanos cuando antes resultaba a la inversa.
De tal forma que Yunes Linares tuvo una gran oportunidad, ser la punta de lanza que rompiera la hegemonía priísta y construir las bases de una nueva forma de gobierno en Veracruz, sin embargo, la ambición lo ha cegado y se pone en riesgo su proyecto político de veinte años.
Pudo llegar otro panista o perredista connotado a disputar la gubernatura pero decidió anteponer el apellido. Alguien de su propia especie. Su intención de ser un demócrata, pues, está bajo sospecha..
MUY EN CORTO
EX ALCALDE SE ACERCA A LA CARCEL. Si las denuncian que ha interpuesto el actual alcalde de San Andrés Tuxtla, Octavio Pérez Garay contra su antecesor han caminado como se debe, entonces esas son las razones por las que Manuel Rosendo Pelayo ha sido citado por la justicia para los próximos días y tendrá que responder, según el citatorio a “los delitos que se le imputan y que se le darán a conocer en esa fecha”.
El ex edil tiene abierta la carpeta de investigación 30/2018 y está citado en la Fiscalía Cuarta adscrita a Investigaciones Ministeriales por lo que Pelayo está cada vez más cerca de enfrentar la justicia. La pregunta es si este ex munícipe a quien se le finca millonario desfalco en las arcas de San Andrés Tuxtla enfrentará la acción judicial o preferirá escapar de ella.
Pelayo ha sido señalado más de una vez por malversación de fondo y recientemente el ayuntamiento fue querellado por una empresa cervecera ya que el entonces alcalde no cumplió con la entrega de cientos de anuencias pero si cobró por ellas.
Asimismo el ayuntamiento fue embargado por la paraestatal Liconsa por un adeudo de la administración anterior de casi 2 millones de pesos. El derroche y despilfarro de Pelayo no tuvo limites, y ahora tendrá que enfrentar las consecuencias.
A esto hay que agregarle la interminable lista de proveedores que exigen el pago que Rosendo nunca liberó de las arcas municipales porque se destinó a otros rubros o a otras bolsas.