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Por: SILVERIO QUEVEDO ELOX
¿A quién quiere olvidar AMLO en Veracruz?
De los últimos tres gobernadores que ha tenido el estado, antes de la llegada de Morena y Cuitláhuac García, fueron del PRI, Fidel Herrera y Javier Duarte; y por el PAN, Miguel Ángel Yunes, a los que se les ha señalado seriamente de actos de corrupción, tema que este lunes orilló al presidente Andrés Manuel López Obrador a subir a Veracruz en su mañanera.
Y cuando le cuestionaron sobre el presunto uso de empresas fantasmas, denuncia que hizo un senador del PAN, Julen Rementería, el mandatario lanzó férreo atajo a la acusación indicando que se trata de fines político-electorales, y que en cuanto a esas prácticas nada que ver con lo que ha habido ahí, “para qué los menciono, es mejor olvidar”.
Es probable que el tabasqueño estuviera hablando de olvidar ya a esos detractores, principalmente al panista Yunes Linares, dentro del perdón y el olvido, frase que lo ha caracterizado, o a olvidar porque en realidad no vale la pena y no quiere mencionarlo, pues el panista como gobernador fue ofensivo y calumniador del personaje de quien, en campaña, se declaró abiertamente su enemigo.
Y es que en la mañanera López Obrador fue cuestionado sobre la reciente denuncia pública del porteño, exalcalde, exdiputado y senador, Julen Rementería. El panista lanzó acusaciones contra el secretario de Educación, Zenyazen Escobar por presuntamente contratar empresas bajo la llamada modalidad “fantasma” pues en los domicilios reportados no existen o en su caso, se ubican negocios informales y no precisamente una compañía constructora.
El titular de la SEV refutó al legislador y además le reviró que en cambio, éste había también asignado contratos a por lo menos una de esas 3 empresas señaladas, durante su gestión como secretario de Infraestructura y Obras Públicas, del pasado gobierno de dos años.
En Palacio Nacional y ante el cuestionamiento, Andrés Manuel expresó que el gobernador ‘Cuitláhuac es un hombre honesto’, algo que cada vez que se pretende torpedear al catedrático veracruzano, le resalta, pero se refirió también a que además de descartar prácticas corruptas, no tiene nada que ver con lo que antes ocurría.
Y en ello, dijo no querer mencionar nombres –de exgobernadores-, pues no vale la pena, expresó el mandatario del país en forma textual:
“(…) Yo le tengo toda la confianza a Cuitláhuac, gobernador de Veracruz, de mi estado, porque acuérdense que también soy veracruzano. Soy tabasqueño y también veracruzano, mi papá era de Veracruz (…) Es mi estado, estoy muy contento, así, del trabajo de Cuitláhuac, porque es una gente honesta, limpia, nada que ver con los que ha habido ahí, para que los menciono, es mejor olvidar”.
Por eso llama la atención el por qué no quiere recordar. ¿Será uno de ellos, Fidel Herrera? Quien gobernó al estado de 2004 al 2010, quien hábilmente libró acusaciones legales, no obstante, ha resultado involucrado en algunas de las carpetas de su sucesor.
¿O se refiere a Javier Duarte?, también del PRI, actualmente preso, y a quien recién le acaban de ratificar la sentencia de 9 años de cárcel. Pero quien fue llevado a la justicia ante la obcecada y alucinante actitud de su enemigo, el panista Miguel Ángel Yunes Linares.
¿O será de éste último a quien se refiere el Presidente?, por lo antes mencionado: Las ofensas y calificativos en los que convirtió un cochinero la campaña electoral el de Soledad de Doblado cada vez que el entonces candidato de Morena venía a Veracruz.
De ser así, entonces podría seguirse la temática de que si los expresidentes fueron perdonados, puesto que Andrés Manuel ha dicho que serían enjuiciados solo si la gente lo pide, en Veracruz, la línea o el mensaje, como lo marca la política, podría ser similar.
Deben estar contentos a estas alturas, el exfiscal, Jorge Winckler, el ex titular de la SSP, Jaime Téllez Marié y el propio Yunes Linares, pues a un año y medio del actual régimen, y con las decenas de carpetas judiciales en las fiscalías estatal y federal, donde se argumentan desvíos millonarios en el gobierno panista, ninguno ha sido jalado a cuentas.