EN LA MIRA

Por: SILVERIO QUEVEDO ELOX
AHUED Y EL EFECTO CARAMBOLA
Cuando en mayo del año pasado el entonces senador morenista, Ricardo Ahued Bardahuil, fue designado por el ejecutivo federal Andrés Manuel López Obrador, como director nacional de Aduanas se realizaron una serie de interpretaciones en la entidad veracruzana.
Y es que aunque muchos lo vieron como un ascenso meteórico del ex alcalde xalapeño en su carrera dentro de Morena lo cierto es que su gente más cercana confió que el ex edil no vio con “buenos ojos” su cambio.
Sobre todo porque sintió que más que un premio lo estaban alejando de servir a los veracruzanos desde su curul y así se lo hizo saber al Presidente de Mexico, que le aseguró que confiaba en su honestidad para encabezar una área que históricamente ha estado ligada a la corrupción. Y que realmente por eso lo había elegido por su “intachable” trayectoria.
No obstante se concretó el movimiento y cuando parecía que todo marchaba bien de pronto, y en un abrupto amanecer, se informa que el también ex diputado federal y local había renunciado con fecha de fin de mes a su encomienda.
La dimisión sobre todo en la aldea ha generado una serie de comentarios de los politólogos de café siendo uno que Ricardo Ahued había dejado Aduanas porque viene a ocupar el lugar del gobernador Cuitláhuac García Jiménez.
Una cantaleta que sin duda es usada por los detractores de la Cuatro T en Veracruz para “zopilotear” al mandatario y decir que no culminará el sexenio por el cual fue electo.
Lo cierto es que en el altiplano la versión más sólida apunta a que el ex presidente municipal de la capital del estado tuvo serios desencuentros con la jefa del Servicio de Administración Tributaria, Raquel Buenrostro Sanchez. Como bien lo marca y revela en nota aparte la experimentada periodista de esta casa editorial, Paulina Ríos.
Algo que no suena para nada descabellado, tomando en cuenta la titular del SAT tuvo en su momento roces con Carlos Urzua cuando este fungió como Secretario de Hacienda y Crédito Público.
Ahora, las fricciones con Ahued Bardahuil se habrían dado porque pidieron la remoción de gente que había llegado con él a la dirección de Aduanas, petición en la que por supuesto no estuvo dispuesto a ceder. Pero además, también se estaban dando imposiciones.
Entonces tomó la decisión que ya sabemos y los bien enterados cuentan que se le ofreció una subsecretaría en otra parte del gobierno federal, pero el legislador con licencia prefirió regresar a la curul.
Desde luego qué hay efectos secundarios como la gente que llegó con él y donde sobresalen nombres de priistas como Juan Manuel Velázquez Yunes, Oliver Aguilar Yunes y hasta la esposa de un columnista xalapeño que fue asesor del ex coordinador de Comunicación Social, Alberto Silva Ramos.
Otro que se puede ver afectado como en “carambola” tiene que ver con el caso de su suplente Ernesto Pérez Astorga, quien ocupó el escaño en el Senado de la República cuando el propietario de la fórmula emigró al gobierno federal, pero a su vez el xalapeño dejó la secretaría de Desarrollo Económico y Portuario y que ahora se quedará desempleado en este reacomodo de cargos, pues es evidente que la ya citada renuncia deja huérfanos políticos por todos lados.
Y según anunció ayer este viernes estará retomando su lugar en la Cámara Alta. Así que de carambolas a carambolas, de huérfanos y viudas, es la renuncia de Ahued.
MUY EN CORTO
VA MORENISTA A NUEVO CARGO. Reconocido operador de Morena en la zona centro del estado está por estrenar cargo, y mientras unos se van otros llegan, por lo que está próximo a que la 4T le haga Justicia. De tal forma que el político estaría por mudarse en breve a la ciudad de Xalapa, para coadyuvar en las nuevas políticas del gobierno federal de Morena y para atender la demanda de los veracruzanos.
Está a la espera quien fuera uno de los principales defensores de los principios de Morena en la zona centro, y que busca así contrarrestar la llegada de la legión extranjera puesto que Veracruz siempre se ha distinguido por exportar políticos de altura y de carrera y no de importarlos.