Córdoba, Ver.- Entre cantos, caras tristes y con lágrimas en los ojos, familiares, amigos y vecinos, fue despedido el pequeñito de tan solo cuatro años de nombre J. E., al cuál le arrebato la vida su medio hermano de 14 años, la madrugada del pasado lunes 18 de septiembre en Praderas de San Miguel.
Alrededor de las 11 de la mañana salió el féretro de metal con color blanco con los restos del menor de cuatro años, partiendo de La Ampliación 20 de noviembre, entre un camino de terracería con decenas de conocidos y amiguitos, quienes con globos blancos y vestimenta del mismo color lo acompañaron hasta llegar a la Avenida Principal Plan de Ayala, siendo sus maestras, y compañeros del Jardín de Niños Jean Piaget, los cuáles le darían su último adiós.
Minutos más tarde, la carroza tomo la Avenida Tierra y Libertad la cuál llevaría directo al pequeño a su última morada, el Panteón Ejidal 20 de Noviembre.
A su paso de este cortejó fúnebre se fue sumando la gente de la localidad quienes también dieron su último adiós al angelito.
Con lágrimas y una enorme tristeza, sus amiguitos y compañeritos de J.E., lo acompañaron hasta el Panteón antes señalado, y siendo las 11:20 el ataúd fue puesto en la Capilla y entre rosarios y cantos fueron despidiendo al menor.
Cuando el reloj marco las 12 del día fue llevado por familiares y el personal de una funeraria donde recibiría cristiana sepultura; la gente que ahí se congregó no daba crédito a lo sucedido, antes del primer puño de tierra que fue lanzado por la familia, el ataúd fue llenado de flores y posteriormente de tierra.
Así fue como le dieron el último adiós al pequeño J.E. de tan solo 4 añitos.