Ixtaczoquitlán, Ver.- Familias integrantes del Colectivo de Desaparecidos, conmemoran un año de trabajos de búsqueda, exploraciones y excavaciónes en las fosas clandestinas de Campo Grande, de Ixtaczoquitlán, con una eucaristía, con la colocación de cruces, fotografías y veladoras.
Cabe recordar que en dichos terrenos de exterminio, han exhumado un total de 53 cuerpos que fueron inhumados clandestinamente, de los cuales 14 ya fueron entregados a sus familias para su cristiana sepultura.
En la conmemoración acudieron decenas de familias con un ser querido desaparecido, así como oficiales de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, Fuerza Civil, Guardia Nacional, Policía Ministerial Acreditable, personal de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas y de la Comisión Estatal de Búsqueda de Veracruz, además de pobladores.
En el primer predio explorado, un terreno de siembra de café y plátano, las mujeres del Colectivo colocaron una cruz metálica que contiene una placa conmemorativa, la cual decia: “En Memoria de las personas que fueron inhumadas clandestinamente en Campo Grande, municipio de Ixtaczoquitlán, Veracruz, a 18 de febrero del 2021- 18 de febrero del 2022. Porque la lucha por un hijo, no termina y una madre nunca olvida. Descansen en paz. Colectivo Familias Desaparecidas Orizaba-Cordoba. Exigimos, verdad, memoria y justicia”.
Hasta el lugar llegó el sacerdote de la Parroquia de Tuxpanguillo, Ausencio Olivier Galindo quien presidió una eucaristía y resaltó que ante estos temas tan sensibles como es la desaparición de personas la Iglesia no ha sido indiferente ante estas situaciones, la iglesia siempre pide por la paz del mundo; la iglesia siempre pide que haya justicia.
“Esa es la labor qué le toca a nuestra iglesia y es lo que nos toca en las catequesis quedamos de hacer conciencia qué debemos de sembrar paz en nosotros, que debemos de practicar la justicia en nosotros, esa es la conciencia que la iglesia hace que la iglesia proclama día a día”.
Una vez que concluyó la eucaristía, los familiares depositaron veladoras encendidas al pie de la cruz metálica y los rostros de dolor fueron inevitables puesto que la labor que sigue teniendo el colectivo sigue en pie de lucha hasta encontrarlos.