Centralizar los organismos del Gobierno Federal es un hecho no sano y preocupa a la Iglesia Católica

por La Tia Justa

Por: Alex López

Orizaba, Ver.- Centralizar todos los organismos del Gobierno Federal es un hecho no sano y preocupa a la Iglesia Católica, además de que puede derivar en un conservadurismo político, así lo aseguró el vocero de la Diócesis de Orizaba, Helkyn Enríquez Báez.
“La Iglesia creé que la existencia del Conapred, es una consecuencia de la reforma de los Derechos Humanos que se hizo en la Constitución y aunque como toda institución que debe de ser revisado para verdaderamente cumplir su función, el tratar de centralizar todos los organismos de gobierno, en unas cuantas personas, eso es una manifestación preocupante de la concentración del poder, que es propio verdaderamente de un conservadurismo político”, afirmó.
Esto debido a que el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador aceptó la renuncia de la titular de la Conapred y anunció que se habrían de disolverse y absorberse algunas dependencias.
Enríquez Báez dijo que los organismos si deben de ser revisados pero eso no implica que se vayan extinguiendo para traspasar el poder a solamente una persona o alguien que concentré todo.
En cuanto a las declaraciones hechas por el Ejecutivo Federal con respecto a que a los pobres no los secuestran sólo a los que tienen dinero, el vocero diocesano lo calificó como una declaración desafortunada, pues es una muestra clara de desconocimiento de la realidad social.
“No solamente las personas con posibilidades económicas altas son los que sufren el secuestro y la extorsión; personas que desarrollan actividades modestas también lo padecen: que son pequeños empresarios que tienen pequeños negocios algunos comerciantes incluso personas que casi viven al día y que cuando sufren un secuestro exprés o una extorsión han tenido que deshacerse de sus bienes materiales también las personas en situaciones vulnerables económicamente sufren muchas veces de la violencia y del secuestro”.
Incluso señaló que como sacerdotes han recibido a personas desesperadas que no tienen muchas posibilidades económicas llorando porque se han llevado un hijo, una hija y en ese sentido también ellos han sufrido este mal social.

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