Miércoles 31 Marzo, 2021
Orizaba, Ver.- En presencia de: sacerdotes, religiosas, formadores del seminario y fieles católicos de las diferentes rectorías que conforman la Diócesis de Orizaba, el Obispo Monseñor Eduardo Cervantes Merino presidio la misa crismal en la que se bendice: el óleo de los enfermos, el de los catecúmenos, y el Santo Crisma.
Durante la homilía de la santa misa celebrada en la Catedral San Miguel Arcangel de Orizaba, el líder de la Iglesia Catolica expresó que hoy la iglesia se sitúa en condiciones muy especiales y golpeada por la pandemia del Covid-19.
Subrayó que la Diócesis que preside al igual que el país y el mundo entero, sigue siendo golpeada por el virus del SARS-CoV-2 con sus variadas y dolorosas consecuencias.
“El dolor, el desconcierto y incertidumbre han hecho cambiar nuestros estilos de vida con repercusiones dolorosas en la vida familiar, económica, laboral, educativa y tambien pastoral, es un fenómeno que ha alterado a la sociedad en general, en nuestras comunidades hemos experimentado el crecimiento de la pobreza el desempleo contagios y muerte, el desatino para controlar esta crisis, es de todos evidente”, afirmó el Obispo.
Aseguró que por esta pandemia del Covid-19, muchas personas han perdido la vida, entre ellos: médicos, enfermeras y enfermeros, miembros de la comunidad sanitaria en general, ministros y agentes de la pastoral, además de religiosas., “Incluso dos hermanos de nuestra familia sacerdotal diocesana, el padre Francisco y el Padre Óscar a quienes encomendamos de manera especial en esta Santa Eucaristía”.
El prelado señaló que de manera oficial, más de 200 mil hermanos en el país han muerto, además, han crecido situaciones dolorosas en variadas formas de violencia familiar, social, tristemente constatadas en agresiones contra la mujer, la vida, los secuestros, imposición de leyes basadas en agendas ideológicas que viene provocando confrontación y polarización social y política.
Subrayó que los discípulos de Cristo están llamados a ver la realidad que les envuelve y así poder salir mejores de esta crisis.
“Antes que negar la realidad, de echar culpas a otros o buscar soluciones facilonas, nos toca asumir nuestra propia responsabilidad con valentía, creatividad, impulsados por la gracia del señor que está por encima de nosotros”.
Posteriormente, el Obispo renovó los votos sacerdotales de los parrocos asistentes y retomó una frase citada por el propio Papa Francisco.
“Necesitamos tener una mirada de ternura, con la que nuestro padre Dios ve la problemática que aflige a la sociedad, violencia, desigualdades sociales, y económicas, polarización, corrupción y falta de esperanza, especialmente entre los más pobres”.
Minutos después llevó a cabo la bendición de los Santos Óleos que estarán siendo utilizados para los sacramentos a lo largo del año.
Finalmente, el líder de la iglesia católica entregó un reconocimiento a los parrocos que cumplieron 25 años de servicio sacerdotal: entre ellos: Demetrio Landa; Jorge Eberto; Angel Flores y Marcos Palacios Cárdenas.
Así mismo hizo la entrega de una inscripción que decia:“Su santidad, el Papa Francisco otorga de Corazón la implorada bendición apostólica al presbítero en ocasión del 25 aniversario de su ordenación sacerdotal e invoca por intercesión de María Santísima abundantes gracias divinas. 28 de abril 1996-2021”.