Naciones Unidas alerta sobre el “peligro real” de trata de personas que sufren en estos momentos miles de mujeres ucranianas y niños huérfanos que están huyendo de la invasión rusa y que son “el objetivo principal” de las mafias.
“Existen bandas criminales que han explotado a ucranianos en el pasado y es muy probable que se activen y vuelvan a explotar ahora”, advierte Ilias Chatzis, jefe de la lucha contra la Trata de Personas de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), en una entrevista concedida a Efe en Viena.
La trata consiste en la captación de personas para explotarlas con fines sexuales, trabajos forzosos o para obligarlas a practicar la mendicidad, entre otros delitos.
Para Chatzis este peligro es especialmente preocupante en los niños huérfanos de Ucrania, que en su opinión son “el objetivo principal de los traficantes”.
“Ucrania tiene una población huérfana muy grande, por lo que hay una gran preocupación sobre el bienestar de estos menores”, subraya el experto griego de la ONU.
Según Naciones Unidas, un tercio de las víctimas identificadas en casos de trata suelen ser menores de edad, “un número enorme” que evidencia su vulnerabilidad en una situación de conflicto, como la actual guerra en Ucrania.
La ONUDD estima que “miles de niños viajan sin la compañía de sus padres o tutores”, lo que también les sitúa en “un mayor riesgo de trata y otros abusos”, asegura Chatzis.
“El riesgo para los menores no es tanto el cruce de las fronteras en sí, porque la Unión Europea y otros países (vecinos de Ucrania), como Moldavia, han adaptado sus políticas a las necesidades del momento. El problema es lo que sucede después”, advierte.
Según Chatzis, las mafias internacionales de la trata necesitan tiempo “para reclutar personas, forzarlas a prostituirse o a cualquier otra forma de explotación”, por lo que el problema empezará a empeorar en las próximas semanas y meses.
Al mismo tiempo, el experto de la ONU insta a los Estados un mayor control de los personas voluntarias que se ofrecen en las fronteras y en centros de acogida a ayudar a refugiados.
“(Los refugiados) vienen de sus países con una bolsa en mano y dos niños en la otra, a países donde no hablan el idioma, y aunque no tienen que permanecer bajo el radar porque tienen papeles, hay enormes desafíos para protegerlos de ser explotados”, subraya Chatzis.
Ante este riesgo, recomienda registrar a los voluntarios ante las autoridades para asegurar que las redes criminales no usen el voluntariado para lograr sus fines.
“Hay mucha información y presencia policial, pero el problema sigue ahí porque el número de refugiados es muy grande”, señala.
Más de 5 millones de ucranianos han huido del país invadido desde que estalló el conflicto el pasado 24 de febrero, a lo que se suman otros 7 millones de desplazados internos, según cifras de la ONU.
Este flujo migratorio, según Chatzis, requiere que los países sean “muy conscientes de cómo y dónde están estas personas (en cada momento) para controlarlas”.
“Debe haber un registro, las autoridades deben tener contacto directo entre sí para intercambiar información y comprender qué tipo de tráfico puede volverse relevante para las redes criminales”, dice el experto griego.
En esta línea, recuerda que tradicionalmente los hombres ucranianos se han dedicado a la vendimia y otras tareas agrícolas en Europa, pero ahora que son reclutados para la guerra en su país, las mujeres probablemente ocuparán sus puestos.
Por eso, advierte Chatzis, en el futuro habrá que ver si las ucranianas serán explotadas en campos agrícolas, en la prostitución o en los hogares domésticos de las familias que las acojan.
Con información de EFE López-Dóriga Digital.