Tal y como lo dijo en 2018, el ahora Presidente Andrés Manuel López Obrador, “el Reforma, como emblema de la prensa conservadora, fifí, no es capaz de rectificar cuando difama… En su código de ética no importa la verdad, sino los intereses y la ideología que representan…”. Hoy estas palabras siguen siendo una realidad, pasa el tiempo y el periódico Reforma publica nota tras nota en contra de cualquier proyecto que tenga que ver con el desarrollo del país en donde se pongan por encima los intereses del pueblo antes que los de los particulares.
A la mayoría de los políticos y empresarios conservadores les incomoda la nueva ideología de la Cuarta Transformación, en donde los jugosos negocios que armaban a costillas de un pueblo mexicano en pobreza ya no existen más, por ello uno de clubes sociales en donde se reúnen todos aquellos mexicanos unidos contra la construcción es el Reforma.
Los periódicos del Grupo Reforma se han distinguido por su política editorial a favor de los intereses y necesidades de la clase conservadora, aquellos a quienes les molesta la cancelación del NAIM o de las rondas petroleras, aquellos que están en contra de que haya soberanía energética y el desarrollo económico de nuestro país como la construcción del Tren Maya, de la refinería en Dos Bocas y el proyecto de Istmo de Tehuantepec.
La veracidad de la información publicada en sus notas es cuestionable por los intereses a los que sirve la familia Junco (dueños del periódico), empezando por Rosa Laura Junco quien utilizó la fortuna de su padre, Alejandro Junco de la Vega para financiar la secta NXIVM. Además de los escándalos que rodean a la familia Junco, también es evidente que la línea editorial del periódico dio un cambio radical cuando nombraron a Juan Pardinas como su director editorial, simpatizante del PAN, que lo único que ha logrado es dejar de hacer periodismo independiente y objetivo, y volverse un medio opositor con una calidad periodística que da mucho que desear, con información distorsionada y manipulable a sus intereses, los cuales se han visto atropellados y entorpecidos por el nuevo gobierno al dejar de recibir sus 350 millones de pesos, que gustosos entregaba el Gobierno de Enrique Peña Nieto.
Actualmente el Reforma utiliza como fuente de consulta para dotar de información sus investigaciones a la asociación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad organismo patrocinado por la Coparmex y propiedad de Claudio X. González, uno de los paleros conservadores que solo se guía por los intereses económicos; ejemplo de ello es el asesoramiento que le dio a la empresa Producción Alimentaria Porcícola en conjunto con el abogado Gerardo Carrasco Chávez, director de Litigio Estratégico de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, para imponer una mega granja de cerdos en Yucatán, que obtuvo autorizaciones con irregularidades, sin consultar al pueblo maya y cuyo funcionamiento en una zona de suelo tan vulnerable presenta un enorme riesgo de contaminación de una de las reservas de agua más importantes a nivel mundial; para defender e ir en contra del propio pueblo allí estuvieron Claudio X. González y Gerardo Carrasco Chávez, tras el dinero.
Por todo ello no es de sorprenderse que también Gerardo Carrasco Chávez esté en contra de todos los proyectos del Gobierno, como el aeropuerto en Santa Lucía o la refinería en Dos Bocas, ya que para el y para su jefe allí no hay dinero.
Hoy en día solo somos espectadores de sus importantes “investigaciones”, con datos duros maquillados, entrevistas inducidas para obtener las respuestas que necesitan y que seguramente irán en contra de alguno de los proyectos del nuevo gobierno.