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Por: SILVERIO QUEVEDO ELOX
Bien dicen que la política no es sino va siendo y en fluir constante de la tarde a la noche los medios de comunicación dieron cuenta de un madruguete legislativo que absolutamente nadie vio venir.
Decía el ex gobernador Miguel Alemán Velasco que solamente los pendejos dicen lo que van a hacer y esa fue tal vez el principal error en los fallidos juicios políticos de enero contra el hoy ex fiscal Jorge Winckler Ortiz que en ellos salió triunfante. Es decir, entonces hubo mucho cacaraqueo y nada de acción.
Ahora fue distinto, prevaleció la discreción y en un “albazo” concretaron la separación temporal del hasta hace unas horas titular de la FGE para tomarle protesta a la nueva encargada del despacho de nombre Verónica Hernández. Lo que dejó mudos y perplejos a los defensores del Fiscal.
La vida te da sorpresas decía el filósofo de la salsa Rubén Blades y fue una tarde en donde nadie se esperaba tampoco que la diputada y coordinadora de la bancada PRI-PVEM, Ericka Ayala Rios, sufragara a favor de la solicitud de separar de su encargo al también abogado de la familia Yunes cuando a principios de año ésta entre otros legisladores, se opuso rotundamente.
Una jugada que se trabajó lejos de la estridencia mediática aún y cuando todo el “círculo rojo” apostaba con base a qué percepción es igual a realidad que Jorge Winckler y el gobernador Cuitláhuac Garcia Jiménez habían hecho las paces y que iban a trabajar juntos.
Parece que ir a comer de la mano del mandatario, irse a meter al palacio y todavía decir que sería muy cortés al rendirle primero a él los avances en sus distintas investigaciones congeladas hasta antes, le salió más que caro al abogado general del estado.
Y es que también se les olvidó que la Cuarta Transformación desde Palacio Nacional hasta el de Gobierno en Veracruz pregona un cambio de régimen y apela al perdón, pero no al olvido, pues ya se sabe que el ex fiscal había sido dejado para cuidarle las espaldas al anterior régimen. Ha sido acusado hasta el cansancio por el gobierno emanado de Morena de obstruirle el trabajo.
Llama la atención que en su defensa Jorge Winckler perdió las formas tal vez abrumado por la decisión de los diputados y por primera vez arremetió contra el Presidente Andrés Manuel López Obrador acusándolo de estar atrás de esta embestida legislativa.
Una declaración a todas luces desesperada porque el ex fiscal se había jactado de pregonar que todas las acusaciones en su contra eran parte de una campaña que orquestaba el Secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, quien por cierto debe estar brincando de gusto en su extenso despacho.
Lo cierto es que el hasta ayer fiscal nunca cumplió con los lineamientos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, tales como sujetarse a los procesos de evaluación y certificación. Y dejó un recoveco por donde se le metieron hasta la cocina, lo cargaron de a muertito y lo sacaron, sin decir agua va, del confort de la Fiscalía.
En su quinto punto de la carta reaccionaria ante su remoción señala:
“En vista de las acciones violentas a través de las cuales la Secretaría de Seguridad Pública cercó y tomó las oficinas de la Fiscalía General del Estado, incluso utilizando la violencia en contra de Diputados y trabajadores de la Institución, hago responsable de mi integridad y la de mi familia al Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez y al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador”
EL ESCANDALO
No fue suficiente en el Congreso para reparar y patalear, sino que los legisladores de Acción Nacional se llevaron el espectáculo a la Fiscalía General, donde también las aautoridades sobredimensionaron la necesidad de cuidar y cercar con la policía estatal a toda la dependencia donde ya no estaría el Fiscal Jorge Winckler, sino ahora la nueva titular, Verónica Hernández, por cierto con el sello de la casa.
Y es que aunque esta es una evidencia
EL GRAN SHOW AZUL
Bien dicen que la política no es sino va siendo y en fluir constante de la tarde a la noche los medios de comunicación dieron cuenta de un madruguete legislativo que absolutamente nadie vio venir.
Decía el ex gobernador Miguel Alemán Velasco que solamente los pendejos dicen lo que van a hacer y esa fue tal vez el principal error en los fallidos juicios políticos de enero contra el hoy ex fiscal Jorge Winckler Ortiz que en ellos salió triunfante. Es decir, entonces hubo mucho cacaraqueo y nada de acción.
Ahora fue distinto, prevaleció la discreción y en un “albazo” concretaron la separación temporal del hasta hace unas horas titular de la FGE para tomarle protesta a la nueva encargada del despacho de nombre Verónica Hernández. Lo que dejó mudos y perplejos a los defensores del Fiscal.
La vida te da sorpresas decía el filósofo de la salsa Rubén Blades y fue una tarde en donde nadie se esperaba tampoco que la diputada y coordinadora de la bancada PRI-PVEM, Ericka Ayala Rios, sufragara a favor de la solicitud de separar de su encargo al también abogado de la familia Yunes cuando a principios de año ésta entre otros legisladores, se opuso rotundamente.
Una jugada que se trabajó lejos de la estridencia mediática aún y cuando todo el “círculo rojo” apostaba con base a qué percepción es igual a realidad que Jorge Winckler y el gobernador Cuitláhuac Garcia Jiménez habían hecho las paces y que iban a trabajar juntos.
Parece que ir a comer de la mano del mandatario, irse a meter al palacio y todavía decir que sería muy cortés al rendirle primero a él los avances en sus distintas investigaciones congeladas hasta antes, le salió más que caro al abogado general del estado.
Y es que también se les olvidó que la Cuarta Transformación desde Palacio Nacional hasta el de Gobierno en Veracruz pregona un cambio de régimen y apela al perdón, pero no al olvido, pues ya se sabe que el ex fiscal había sido dejado para cuidarle las espaldas al anterior régimen. Ha sido acusado hasta el cansancio por el gobierno emanado de Morena de obstruirle el trabajo.
Llama la atención que en su defensa Jorge Winckler perdió las formas tal vez abrumado por la decisión de los diputados y por primera vez arremetió contra el Presidente Andrés Manuel López Obrador acusándolo de estar atrás de esta embestida legislativa.
Una declaración a todas luces desesperada porque el ex fiscal se había jactado de pregonar que todas las acusaciones en su contra eran parte de una campaña que orquestaba el Secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, quien por cierto debe estar brincando de gusto en su extenso despacho.
Lo cierto es que el hasta ayer fiscal nunca cumplió con los lineamientos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, tales como sujetarse a los procesos de evaluación y certificación. Y dejó un recoveco por donde se le metieron hasta la cocina, lo cargaron de a muertito y lo sacaron, sin decir agua va, del confort de la Fiscalía.
En su quinto punto de la carta reaccionaria ante su remoción señala:
“En vista de las acciones violentas a través de las cuales la Secretaría de Seguridad Pública cercó y tomó las oficinas de la Fiscalía General del Estado, incluso utilizando la violencia en contra de Diputados y trabajadores de la Institución, hago responsable de mi integridad y la de mi familia al Gobernador del Estado, Cuitláhuac García Jiménez y al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador”
EL ESCANDALO
No fue suficiente en el Congreso para reparar y patalear, sino que los legisladores de Acción Nacional se llevaron el espectáculo a la Fiscalía General, donde también las aautoridades sobredimensionaron la necesidad de cuidar y cercar con la policía estatal a toda la dependencia donde ya no estaría el Fiscal Jorge Winckler, sino ahora la nueva titular, Verónica Hernández, por cierto con el sello de la casa.
Y es que aunque esta es una evidencia