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Por: SILVERIO QUEVEDO ELOX
SE IRÁ LA LICUADORA CON CUITLÁHUAC?
Según el presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) en la LXV Legislatura, Juan Javier Gómez Cazarín, en el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez desaparecerá la famosa “licuadora”.
La mayoría de los diputados de Morena, apoyarán la prórroga que pidió el mandatario estatal para hacer las adecuaciones necesarias al presupuesto y evitar que los recursos de un rubro se inviertan en otro, cayendo en irregularidades en el manejo financiero.
Los diputados también impondrán una especie de candado para que los recursos etiquetados no se utilicen en gasto corriente o al menos no sin la autorización del Congreso.
Y es que la “licuadora” ha sido una vieja práctica de las pasadas administraciones estatales, que al final conlleva en un desvío de recursos, tal como ocurrió en las administraciones del priista Javier Duarte de Ochoa y del panista Miguel Ángel Yunes Linares.
Los recursos etiquetados que generalmente envía el gobierno federal al estado se terminan utilizando para otros fines. Al llegar a las arcas estatales, se desconoce el destino de los mismos.
Varias fueron las quejas, por ejemplo, de diversos sectores productivos que acusaron que los recursos nunca aterrizaron al campo, a pesar de que ya venían etiquetados para diferentes proyectos.
Al llegar a manos de la Secretaría de Finanzas (SEFIPLAN), estos generalmente se utilizaban para el pago del gasto corriente o para otras áreas, a las cuales los recursos no estaban dirigidos; incluso para pagar sueldos y hasta para financiar campañas.
El senador Pepe Yunes, quien presidía la comisión de Hacienda en la Cámara Alta, destapó en su momento que en Veracruz la licuadora que tanto criticó Miguel Ángel Yunes a Javier Duarte ya había sido encendida, pues los recursos que venían etiquetados desde la federación se destinaban a otros rubros.
Utilizando un término del doctor “Chunga”, el ex secretario de Finanzas, Guillermo Moreno Chazarini, dijo que el líquido estaba depositado en una cuenta “concentradora” de fondos y a partir de ahí se hacía la dispersión de los recursos; lo cierto es que el dinero era dejado a diversas cuentas desde la federación, según el rubro.
Pero eso se acabará o al menos, es lo que ha prometido el gobierno del “cambio”. Lo que venga etiquetado para salud, será para salud; lo que venga etiquetado para seguridad, será para seguridad; lo que venga etiquetado para educación, será para educación y así sucesivamente.
Ya se verá en los primeros meses del siguiente año cuando comiencen a bajar los recursos federales. Los presupuestos ya están autorizados y se verá el manejo real que se hará de los mismos. Ardua tarea tendrá el secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco para no echar en la misma bolsa el dinero que se le destine al estado y gastar de ahí mismo.
El principal reto por ahora, será sanear completamente las finanzas. Poner en orden todo el desastre financiero que dejaron las administraciones de Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares, pues aunque este último prometió dejar todo en orden en dos años, al final no dejó recursos ni para pagar los compromisos financieros del mes de diciembre.
La mayoría de los diputados de Morena, apoyarán la prórroga que pidió el mandatario estatal para hacer las adecuaciones necesarias al presupuesto y evitar que los recursos de un rubro se inviertan en otro, cayendo en irregularidades en el manejo financiero.
Los diputados también impondrán una especie de candado para que los recursos etiquetados no se utilicen en gasto corriente o al menos no sin la autorización del Congreso.
Y es que la “licuadora” ha sido una vieja práctica de las pasadas administraciones estatales, que al final conlleva en un desvío de recursos, tal como ocurrió en las administraciones del priista Javier Duarte de Ochoa y del panista Miguel Ángel Yunes Linares.
Los recursos etiquetados que generalmente envía el gobierno federal al estado se terminan utilizando para otros fines. Al llegar a las arcas estatales, se desconoce el destino de los mismos.
Varias fueron las quejas, por ejemplo, de diversos sectores productivos que acusaron que los recursos nunca aterrizaron al campo, a pesar de que ya venían etiquetados para diferentes proyectos.
Al llegar a manos de la Secretaría de Finanzas (SEFIPLAN), estos generalmente se utilizaban para el pago del gasto corriente o para otras áreas, a las cuales los recursos no estaban dirigidos; incluso para pagar sueldos y hasta para financiar campañas.
El senador Pepe Yunes, quien presidía la comisión de Hacienda en la Cámara Alta, destapó en su momento que en Veracruz la licuadora que tanto criticó Miguel Ángel Yunes a Javier Duarte ya había sido encendida, pues los recursos que venían etiquetados desde la federación se destinaban a otros rubros.
Utilizando un término del doctor “Chunga”, el ex secretario de Finanzas, Guillermo Moreno Chazarini, dijo que el líquido estaba depositado en una cuenta “concentradora” de fondos y a partir de ahí se hacía la dispersión de los recursos; lo cierto es que el dinero era dejado a diversas cuentas desde la federación, según el rubro.
Pero eso se acabará o al menos, es lo que ha prometido el gobierno del “cambio”. Lo que venga etiquetado para salud, será para salud; lo que venga etiquetado para seguridad, será para seguridad; lo que venga etiquetado para educación, será para educación y así sucesivamente.
Ya se verá en los primeros meses del siguiente año cuando comiencen a bajar los recursos federales. Los presupuestos ya están autorizados y se verá el manejo real que se hará de los mismos. Ardua tarea tendrá el secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco para no echar en la misma bolsa el dinero que se le destine al estado y gastar de ahí mismo.
El principal reto por ahora, será sanear completamente las finanzas. Poner en orden todo el desastre financiero que dejaron las administraciones de Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares, pues aunque este último prometió dejar todo en orden en dos años, al final no dejó recursos ni para pagar los compromisos financieros del mes de diciembre.
MUY EN CORTO
LA RECULA DE AMERICO ZÚÑIGA. La declinación del ex dirigente estatal del PRI, Américo Zúñiga Martínez, a participar en el proceso de selección de magistrados del Tribunal Superior de Justicia del estado no fue una decisión unilateral, sino que lo consultó con quien hasta hoy es su jefe político.
Al menos así cuentan que sucedió el jueves de la semana que pasó cuando el también ex alcalde xalapeño se reunió con el ex candidato a la gubernatura por el PRI, Pepe Yunes Zorrilla, con quien desayunó en el Salón Gall, frente al edificio de la Sefiplan.
A la cita llegaron también los ex diputados locales, Armando López Contreras y Carlos Morales Guevara, quienes también están identificados con el equipo pepista.
Se reunieron en grupo, pero luego uno a uno fueron llamados. Dicen que con Américo Zúñiga la charla fue más larga, tal vez porque se percibía como parte de una negociación del peroteño con el gobierno estatal, emanado de Morena.
Algo nada descabellado, tomando en cuenta que no se quedó con “fichas” en la pasada elección ya que tuvo que ceder a todas las peticiones de Héctor Yunes para quedarse con la candidatura a la gubernatura.
Pero la hipótesis se desvaneció cuando la instrucción en la mañana fue desistir al cargo y se confirmó por la tarde cuando Zúñiga Martínez a través de su cuenta de Twitter se descartó totalmente y deseó éxito a los participantes.
“Quiero atajar las especulaciones retirando mi pretensión de formar parte del @TSJVer. Deseo el mejor de los éxitos a quienes participan en la convocatoria”.
Al menos así cuentan que sucedió el jueves de la semana que pasó cuando el también ex alcalde xalapeño se reunió con el ex candidato a la gubernatura por el PRI, Pepe Yunes Zorrilla, con quien desayunó en el Salón Gall, frente al edificio de la Sefiplan.
A la cita llegaron también los ex diputados locales, Armando López Contreras y Carlos Morales Guevara, quienes también están identificados con el equipo pepista.
Se reunieron en grupo, pero luego uno a uno fueron llamados. Dicen que con Américo Zúñiga la charla fue más larga, tal vez porque se percibía como parte de una negociación del peroteño con el gobierno estatal, emanado de Morena.
Algo nada descabellado, tomando en cuenta que no se quedó con “fichas” en la pasada elección ya que tuvo que ceder a todas las peticiones de Héctor Yunes para quedarse con la candidatura a la gubernatura.
Pero la hipótesis se desvaneció cuando la instrucción en la mañana fue desistir al cargo y se confirmó por la tarde cuando Zúñiga Martínez a través de su cuenta de Twitter se descartó totalmente y deseó éxito a los participantes.
“Quiero atajar las especulaciones retirando mi pretensión de formar parte del @TSJVer. Deseo el mejor de los éxitos a quienes participan en la convocatoria”.