– Especialista en crianza respetuosa y con apego, ofrece conferencia en DIF
Córdoba, Ver.- A ejercer una crianza respetuosa, con padres y cuidadores que identifiquen las emociones del infante, para que a su vez ayuden lo ayuden a reconocerlas y manejarlas adecuadamente, formando así niños y adultos más seguros, planteó Gabriela Fernández Vaca, co-fundadora de Yakunay, Centro de Intervención en Primera Infancia, durante su conferencia impartida en el DIF de Córdoba.
Ante una gran asistencia de mamás, papás, abuelas, maestras, profesionistas e interesados en el tema, la especialista subrayó la importancia de anteponer la atención de las emociones de las niñas y los niños, a las propias necesidades de los padres, ya que “el 85% de la salud emocional de los hijos depende de los padres”.
Andrea Ríos Álvarez, presidenta del DIF de Córdoba, agradeció la presencia de Gabriela Fernández, ya que refuerza las estrategias del DIF de procurar las mejores condiciones de desarrollo para la infancia, niñez y adolescencia de Córdoba, “es por eso que la prevención mediante la intervención temprana, es lo mejor que podemos hacer como sociedad”.
Asimismo, felicitó a todos los asistentes a la conferencia ‘Niño Feliz y Seguro’, porque demostraron estar interesados en mejorar la relación con sus hijos, “es una manifestación de amor hacia los niños, a los que crían, instruyen o atienden por diversas circunstancias”.
Gabriela Fernández habló de los estilos parentales que se van reproduciendo en cada generación, en la interacción entre los niños y sus cuidadores. Más que educar, se trata de tener las habilidades como padres para formar a niños seguros y con autoestima, desde los primeros cinco años de vida, mencionó.
Ejemplificó que los padres suelen conectarse con el berrinche y las conductas del niño, cuando lo idóneo es conectarse con las emociones, sentimientos y necesidades del menor, a través de la comprensión, el autocontrol de los padres y/o cuidadores, descubriendo a través del diálogo lo mejor para el infante.
En este sentido, dijo que el apego es una necesidad biológica de los seres humanos, que desde el nacimiento se manifiesta a través de la búsqueda de personas que nos cuiden y quieran. Y por el contrario, cualquier situación que provoque más estrés, frustración, dolor y llanto para el menor, representa una pésima crianza que traerá consigo que los niños busquen a más personas que los rechacen o maltraten.
Aclaró que no significa dejar hacer a los niños lo que quieran, sino permitirles explorar bajo el cuidado de los adultos, “nosotros tenemos que darles la seguridad para explorar, sabiendo que cuando regresen ahí estaremos para ayudarles”.
Los momentos de estrés del niño son las mejores oportunidades para sentar las bases de una crianza respetuosa, dijo la especialista, ya que los niños no pueden tranquilizarse por sí solos, sino que necesitan de los adultos para aprender a manejar sus emociones. Asimismo, es válido decirles cuando mamá o papá estén cansados, o reconocer que se equivocaron ofreciéndoles una disculpa.
“Tenemos la oportunidad de cambiar la sociedad, empezando por cambiar nosotros mismos”, puntualizó Gabriela Fernández Vaca.
Cabe destacar que se contó con la presencia de la primera dama del municipio, la Psicoanalista Hortensia Álvarez de Ríos; las directora, jefa administrativa y coordinadora de Psicología del DIF, Mónica Langarica Galindo, Gricelda Vidal Suárez y Dalia Belem Lagunes Cubas, respectivamente; así como las psicólogas Lorena Bueno Torio y Lorena Garcés Rincón Gallardo.
“Yo tengo una hija adolescente con Síndrome Down y a veces no sé cómo actuar con ella, con los berrinches, por eso me interesan mucho estos temas, para acercarme emocionalmente más con ella y entendernos mejor, para una convivencia más feliz”.
Mónica Oviedo Martínez, asistente
“Mi esposa y yo escuchamos en la radio sobre esta conferencia y aunque ella no pudo venir, nos interesó porque tenemos una bebé de dos años, porque luego no sabemos cómo manejar los berrinches, por el estrés”.
Israel Regalado, asistente
“Vine con mi esposa, porque tenemos un hijo de 11 años, me gustaría que así como nosotros pudimos venir vinieran todos los papás, porque siempre necesitamos una orientación para ser mejores padres”.
Máximo López González, asistente