La filtración provocó la caída de un trozo de techo del aula contigua, y los menores, alarmados, se organizaron para acudir protegidos ante un posible accidente en su salón, por lo que llegaron usando cascos.
Elisa, una de las alumnas, dijo que le pidió a sus papás que la ayudaran a conseguir un casco, “y pues es para estar más segura. Tengo miedo”, dijo.
Todas las niñas y niños del grupo llevaron su casco, aunque no todos se lo pusieron durante las clases, en el plantel que se ubica en el fraccionamiento Bernardo Reyes, en Monterrey.
Otra de las estudiantes, Eimy, dijo: “Tengo miedo de que se me caiga el techo, por eso me lo puse”.
Debido a las fuertes lluvias, el lunes fueron suspendidas las clases en Nuevo León. Al volver el martes, el personal docente se percató de que un pedazo de 2.7 metros de diámetro del techo cayó en una zona donde habría alcanzado al escritorio del maestro y parte de las primeras filas de los alumnos.
Tras lo ocurrido, el maestro del grupo, Jared de la Cruz dijo: “Llegamos y ya estaba así, y desde ese día se reportó, nos aseguraron que no había daño estructural”.
Agregó que “El miedo es el miedo, por iniciativa de ellos, llegaron todos con sus cascos”.
El docente indicó que en 2020 la escuela ingresó a un programa de reparación y mantenimiento en el que se aplicó impermeabilizante. Pero ante la pandemia de COVID-19 nadie constató la calidad de los trabajos, y luego vino la sequía.
“Se supone que lo arreglaron, y pues como no había llovido, no imaginamos que estaba esa gotera”, dijo Jared de la Cruz.
Ante la difusión de lo ocurrido, la Secretaría de Educación del Estado emitió un comunicado en el que asegura que no hay daño estructural en la escuela.
Fuente: Reforma / Foto: Archivo / JAC
