Muchas madres y abuelas recomiendan a los herederos de sus recetas lavar el arroz antes de cocinarlo, asegurando que esta práctica dará como resultado una cocción perfecta y más saludable. Muchos creen que en realidad se trata solo de un mito y han dejado de seguir esa instrucción, pero las afirmaciones son totalmente ciertas, no lavar el arroz podría incrementar nuestro consumo de metales.
Según un estudio realizado en Zhengzhou, China, por el Colegio de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad Tecnológica de Henan, lavar y remojar el arroz es esencial para evitar consumir metales tóxicos como el arsénico.
El arsénico inorgánico es un carcinógeno del grupo 1 y el consumo de arroz puede ser una vía de exposición a este metal.
El arsénico llega al arroz a través del suelo y, si bien, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en Estados Unidos recalca que los niveles son muy bajos para causar daños a corto plazo, es importante procurar su eliminación de este y otros alimentos de cultivo.
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Aunque en algunos países existen regulaciones para controlar el contenido de arsénico inorgánico en el arroz comercializado, estudios como el realizado por el Departamento de Geografía, en conjunto con la Escuela de Salud e Investigación Relacionada de la Universidad de Sheffield, han explorado medidas adicionales para eliminar el arsénico en el arroz, pero sin suprimir otros nutrientes.
El análisis llevado a cabo en el Reino Unido arrojó que el método de hervido y absorbido es la técnica de lavado más eficiente para la eliminación de arsénico en el arroz. Este procedimiento logró eliminar hasta el 73% del arsénico inorgánico presente en el arroz blanco e integral, preservando otros elementos nutrimentales como el zinc.
El método de hervido y absorbido consiste en hervir el agua, posteriormente añadir el arroz para cocinar durante 5 minutos y finalmente desechar el agua para cocinar el arroz utilizando el método de absorción en agua fresca.
INFO DEL UNIVERSAL