EN LA MIRA

por La Tia Justa

Por: SILVERIO QUEVEDO ELOX

Jorge Winckler, ¿Moneda de cambio?

El futuro secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos ha puesto el “dedo en la llaga” sobre lo que le depara al actual Fiscal General de Justicia, Jorge Winckler Ortiz, quien fue electo por los actuales diputados locales por un periodo de nueve años.
Una salida que puede ser por la buena o por la mala, porque  en primer lugar no se descarta que pueda tomar el mismo camino que su antecesor Luis Angel Bravo Contreras, el cual renunció antes de que fuera evaluado.
Y si se trata de usar el camino rudo, pues hay atropellos y omisiones que podrían ser definitivos para fincar responsabilidades en el hombre encargado de impartir la justicia en el estado, razón por la que el propio Cisneros Burgos ya pidió con todo el respeto a la autonomía del poder legislativo que se promueva juicio político al titular de la FGE.

 No hay para dónde hacerse. Dos opciones que pueden ser las indicadas voluntariamente a fuerza para el funcionario que retó incluso ayer mismo a los nuevos legisladores con una imagen de una escena de la película Matrix con un “Venga” en alusión a la advertencia de juicio político.
Pero evidentemente hay una tercera vía para el fiscal que se asegura, ya se analiza en el Palacio de Gobierno en donde están acostumbrado a utilizar aquella filosofía de usar y desechar.
La familia Yunes sabe que después del 30 de noviembre pueden venir noches negras porque saben el pecado que cometieron en las pasadas campañas donde de “loco y viejo guango” no bajaban al hoy presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Las declaraciones crearon mucho encono al grado de que en la gira del agradecimiento el futuro ejecutivo federal prefirió no tocar tierras veracruzanas para evitar que la relación se tornara más ríspida con la clase gobernante.
Y aunque los Yunes azules han buscado acercamiento a través de gente como el empresario Alfonso Romo, lo cierto es que la puerta no se les ha abierto y hay temor por aquello del perdón sí, pero olvido no.
Entonces la tesis de que el fiscal originario de Oaxaca es “moneda de cambio” ha empezado a tomar fuerza, pues entregando su cabeza la familia en el poder podría respirar por un buen rato y sobre todo tener paz y tranquilidad.
La trayectoria política del clan así lo marca, y el último ejemplo fue el ex candidato presidencial, Ricardo Anaya, a quien dejaron solo a su suerte el pasado primero de Julio donde solo se concentraron en operar para Miguel Yunes Márquez, quien a la postre perdió la gubernatura.

 Y por si se olvida en el 2012 lo mismo hicieron con la también aspirante presidencial, Josefina Vázquez Mota, a quien sacrificaron por apoyar al priista, Enrique Peña Nieto para que a cambio, llegara a la Senaduría el menor de los Yunes azules, Fernando Yunes Márquez.
Por lo que nada descabellada es la hipótesis que se ha empezado a deslizar en los pasillos de Palacio de Gobierno, pues el grupo familiar siempre ha sido muy unido en sus decisiones.

MUY EN CORTO

 CUITLAHUAC  A MOJARSE. El gobernador electo, Cuitláhuac García Jiménez hizo un llamado al gobernador en turno, Miguel Angel Yunes Linares, quien no se ha parado en las zonas con los mayores daños por las inundaciones de los últimos días.

 Ni en Alamo, ni en la región de Los Tuxtlas, ni el sur de Veracruz el mandatario se ha hecho presente, y ante ese vacío, el mandatario electo tiene una inmejorable oportunidad de demostrar su solidaridad con la población que incluye a sus adeptos, a los que emitieron su voto para llevarlo a la gubernatura.

 Es el momento de hacer sentir que este gobierno estará realmente cercano a la gente. No en discurso sino en los hechos.

 Yunes ya no hará en unos días que le quedan por concluir lo que no pudo hacer en dos años.

 Quizá piensa que ya cumplió con lograr la declaratoria de desastre para más de una decena de municipio en desgracia y en decir que “esto para que las autoridades que nos van a sustituir se queden con apoyo para enfrentar esta situación”.

Pero lo cierto es que Cuitláhuac debería estar allí, codo a codo, mano a mano, en la hora de la desgracia de sus futuros gobernados. En ocasiones, solo se trata de una palmada o un abrazo para que sientan el apoyo moral quienes en este momento sufren la pérdida de sus pertenencias y hasta sus viviendas.

 

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