Angélica Salmerón Hernández deja un legado en el periodismo de la zona centro.

por La Tia Justa

 

Su llegada a los medios de comunicación se dio en los años 90, ya que por necesidad de realizar prácticas para una materia de prepa que en esos años cursaba en la ESBAO, la llevó a la redacción el diario El Sol de Córdoba, a donde se le veía llegar diariamente vistiendo su falta azul marino y blusa blanca, el uniforme de la escuela, por lo que igualmente salía a buscar las notas periodísticas que presentaba ante el periódico para acreditar sus prácticas solicitadas en la escuela, sin embargo, desde ahí le nació o despertó en ella el gusto por esta profesión, ya que aun cuando había concluido la tarea escolar que la había llevado al diario, se interesó por continuar colaborando como incipiente reportera.
A partir de ahí la ubicamos en el mundo del periodismo escrito y la recordamos con la niña Chalme, ya que era la más joven del grupo de reporteros de ese entonces, algunos con trayectorias ya de muchos años en los dos periódicos locales, otros con menos pero igualmente ya caminados en la profesión, y ella, Angélica, estaba iniciando apenas. Así empezó una brillante trayectoria que solamente su paso hacia la vida eterna ha podido truncar, ya que fueron varios años de labor la que realizó en El Sol, destacando como una reportera de fuerza y decisión para narrar las noticias y rápidamente se fue haciendo de un nombre siendo sumamente joven y sin haber iniciado aún estudios universitarios, de este modo se le comenzó a identificar mientras cubría diversos eventos en la vida política y diaria de Córdoba y la región, en los ayuntamientos y en donde sus jefes la mandara en busca de la noticia diaria.
Fue tal su trabajo en su paso por El Sol que años después le abrió las puertas de lo que sería su segundo trabajo en el Mundo, cuando ya cursaba o había cursado la licenciatura en derecho en una universidad local, ya que su intención por estudiar comunicación no se pudo realizar ante la imposibilidad de salir fuera de su ciudad natal a cursar esa profesión, sin embargo la carrera de derecho le dio la oportunidad de convertirse en profesora de una institución particular, donde fue requerida por haber alcanzado un excelente promedio en la universidad, oportunidad que no desaprovecho y vivió la experiencia de ser docente y abrirse un campo distintos en su vida profesional, logrando igualmente el reconocimiento de generaciones de estudiantes y los mismos padres de familia.
Su paso por diario El Mundo, la convirtió durante años en la reportera asignada a cubrir la fuente del Palacio Municipal donde era ampliamente conocida y apreciada por las autoridades municipales y empleados en general, distinguiéndose por las notas que escribía y que diariamente eran leídas en las páginas del periódico.
Su salida del periódico, se da tras la invitación, otra vez su desempeño profesional la ponía ante una nueva oportunidad, pues esta vez fue llamada para hacerse cargo de la coordinación de comunicación social en el gobierno municipal de Francisco Portilla Bonilla, cargo que llevó excelentemente durante todo el trienio, y que al terminar la administración, se le abrieran las puertas para ser ahora, la enlace en la oficina de comunicación social en la ciudad de Córdoba del gobierno del Estado, cargo que también le brindó el reconocimiento y aplausos por parte del gremio periodístico, ya que la gran mayoría de reporteros de la zona siempre vieron a ella a una amiga, antes que un funcionaria de tal o cual gobierno.
Después de estas experiencias laborales y de dedicarse también a su familia integrada por sus esposo y dos hijas, Angélica incursionó en el mundo del periodismo digital a través de una página que ella misma creo y administro, cerrando así un ciclo de trabajo en diferentes campos que permite la comunicación y que sólo alcanzan quienes se preparan, pero sobre todo traen de origen el amor a la profesión de comunicar, pero sobre todo que saben sopesar el peso de cualquier responsabilidad en este ámbito, sin perder el piso ninguna vez, y que en casos como el de la gran Chalme, permite que su legado trascienda a trascienda a través del reconocimiento de la sociedad que hoy, se ve en redes sociales en las muestras de cariño hacia ella y solidaridad para su familia ante su partida de este mundo terrenal.
D.e.p.

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